Este fue el gran regalo que tenía el lago para mi, había visto sobrevolar una cantidad rara vez vista de jotes cabeza negra, buscando la corrientes ascendentes, arremolinados, compactos como si fuesen golondrinas y no esos enormes carroñeros negros que solemos ver en grupos de cuatro, cinco, diez? pero acá eran cientos!
La sorpresa fue encontrar el motivo de la gran reunión, habían tomado una isla en medio del lago como lugar de baño!
De pronto me encontré debajo de grandes arboles secos poblados de hermosos jotes que se estaban secando sus plumas al sol, algunos todavia en el agua, otros intentando torpemente levantar vuelo con las plumas mojadas. Lo mas llamativo era el poco temor que yo les desperté, algunos curiosos y otros indiferentes ante mi que pasaba por debajo de ellos y a nomas 4 o 5 mts de distancia.
Preferí no bajar del kayak y seguir, lo mas lento que pude, a la deriva observando "a los ojos" a estos bellos habitantes y dueños del lugar.
Por mi cabeza solo se me cruzaba una frase: "para esto remo en kayak!".
(Ref.14)
